Primero
-
1
La estupidez me satura la mente,
la tristeza no se me despega.
Todo sigue en su lugar.
Todo tranqui,
blando.
Cada tanto una sorpresa
pero no pasa nada.
Camino por la calle,
camino rápido,
despacio,
más rápido.
No encuentro lo que busco.
Camino y pienso,
miro en todas direcciones,
me detengo,
sigo,
no sé qué hacer.
Voy desnudo,
voy muerto.
Entiendo muy poco.
No tengo ganas.
No tengo nada,
es decir. -
2
Quiero descansar.
No he hecho nada
quiero descansar.
Veo mal por donde mire.
Dejo de mirar.
Llego a un lugar,
descanso,
espero
y termino de llegar.
Ya estoy allí.
Muevo las manos,
miro otra vez en todas direcciones,
acepto los ruidos del lugar.
Me suspendo.
No hay nada más,
es decir. -
3
Imagino otro mundo.
Ni mejor ni peor:
otro mundo.
Las manos se rompen a la menor presión,
los hijos viven en la mente,
no falta el aire,
no falta el agua,
sigue habiendo hambre.
La tristeza es un sentimiento respetado.
Hay más teléfonos y menos animales,
muchísima gente en todos lados,
casi no corre viento.
La muerte sigue siendo la muerte,
es decir. -
4
Ahora miro por la ventana.
Pasa una pareja con un bebé.
Pasa un auto a dos mil.
Un perro se rasca y se lame.
He mirado por la ventana
millones de veces,
he visto millones de escenas diferentes,
parejas diferentes,
vehículos diferentes,
perros diferentes haciendo cosas diferentes.
La escena del principio se repite,
es decir. -
5
Sigo cansado.
No he hecho nada
Pero sigo cansado.
Oigo una música suave.
El sonido me toca la espalda,
me llega al pecho.
Un lugar nuevo.
La música consuela.
La música es aire imaginado,
es decir. -
6
La luna también sigue allí.
Ha estado allí todo este tiempo.
Porque todo esto sucede de noche.
La luna ahora no me dice nada.
Me olvido de ella como de los otros objetos.
Y sigo caminando solo,
de noche contra la noche.
No tengo apuro ni nada
no tengo nada,
no pasa nada,
es decir.
Segundo
-
1
No me interesa el estado del tiempo
ni las últimas noticias.
Sin embargo,
sigo atendiendo los pronósticos
y escucho los noticieros.
No estoy acostumbrado a ser lo que soy,
pero puedo cerrar los ojos
y dar unos pasos sin demasiado peligro.
Voy y vengo por el riel,
me detengo a comer y descansar.
Me detengo a vivir, amar.
Regreso casi siempre al punto de partida,
pese a la ilusión de que he cambiado.
Tal vez sea menos idiota que hace unos años.
Tal vez. -
2
La felicidad es una montaña de palabras
o un estado de paz que me asalta
en plena catástrofe.
Trato de defenderme y no puedo,
trato de sentirle el gusto a la vida.
Casi nunca llego demasiado lejos. -
3
La soledad me arruina.
Por eso no me desconecto
ni me escondo.
No voy a sacar ninguna conclusión.
Voy a mirar
y a tratar de entender.
Tercero
-
1
Me he propuesto no hacer algunas cosas
al menos durante un tiempo.
Lo primero será
alejarme de la tecnología cercana.
Por ejemplo,
no usaré computadoras,
no veré televisión, apagaré la radio.
Guardaré el reloj en un cajón.
Pero no desconectaré el teléfono
(tampoco hay que exagerar).
Además, evitaré conversaciones
protocolares,
huiré de sitios muy poblados,
contaré hasta veinte antes de hablar.
Sé que al principio será difícil,
pero también sé que luego
mi cuerpo estará menos agobiado,
y mi cerebro recobrará
poco a poco
su consistencia natural. -
2
Ya estoy en la segunda etapa:
me dedico a tareas manuales:
pinto paredes,
arreglo artefactos, hago el amor,
me peino.
También salgo a caminar,
por el mundo en general.
Primero el barrio,
luego las afueras,
por último la montaña. -
3
El aire existe,
las plantas se mueven,
tocadas.
El cielo nunca es el mismo,
la tierra tampoco.
El sol oprime y abandona.
Los pájaros regresan.
La noche es larga.
El frío no espera.
La lluvia reúne. -
4
Mi destino final es incierto.
Seguramente sufriré una recaída
de vida cotidiana,
pero bueno:
son las reglas del juego.
Mientras tanto
aprovecho el tiempo y el espacio
que me quedan
y abro los ojos todo lo que puedo.
No quiero que la muerte me alcance
distraído.
Cuarto
-
1
No sé si siento un gran placer
o una gran angustia de vivir.
Ocurre que me olvido de muchas cosas
y de otras pocas me acuerdo,
como por ejemplo las palabras de un hombre
que dicen: pero no,
la vida no tiene sentido. -
2
A veces pienso
(a lo mejor demasiado seguido)
que estoy a punto de morir.
Que un colectivo se desvía y me aplasta sin más.
Que un derrame cerebral o un ataque al corazón
surgido de una mala noticia
me detiene mientras me ato los zapatos
y listo. -
3
Mi estado de ánimo está colgado
de mi estado financiero.
Soy un gusano más
del mismo color que el líquido
que succiona.
Tal vez por eso ella me dijo
lo que me dijo. -
4
Realismo vulgar,
o sea
creer en lo que se toca
y tratar de tocar para creer.
Tal vez no haya otra forma de entender el mundo,
aunque ya decir mundo
sea un abuso del lenguaje. -
5
Nadie vendrá a buscar aquí
combustible para vivir.
Nadie regresará
del espacio o de donde sea.
Nadie nos verá mentir
ni escribir cartas cerradas
contra la luz prestada
de la luna. -
6
Casi todo depende de la motivación,
de la sangre que se ponga
o que se pierda.
Puede estar todo muy bien,
arreglado,
garantizado,
pero si no hay deseo,
bronca,
el tiempo seguirá pasando
y seremos una farsa impecable,
un sueño acomodado,
una revolución
con sede propia. -
7
La curva semanal del ánimo
dice que ha bajado la alegría.
Habrá que remontarla en los próximos días
para que las visitas no sufran
al ver nuestras caras pálidas
y también debamos
sostener su pena. -
8
Tal vez viviendo siglos podríamos mejorar.
Para ser bueno
hace falta tiempo.
Quinto
-
1
Me han dicho en la cara lo que soy
y no he podido negar nada. -
2
He construido un escenario en mi mente
en donde,
la verdad,
me veo bastante bien.
No soy allí
el fracaso que soy
aquí.
Tengo éxito,
allí,
o no se me nota
como aquí,
la derrota. -
3
Hacía mucho que no sentía esta angustia,
contracción estomacal,
espasmo de pecho.
Me sorprendió en una ciudad ajena
y me dejó triste
hasta la estupidez
bajo la lluvia. -
4
Creo en los extraterrestres
y en las buenas intenciones
de los recién nacidos.
Creo en los proyectos imaginarios
de los seres concretos
y no creo en todo lo contrario.
Creo en las manos de mis hijos
y en los sueños del hombre común.
Creo en la palabra y en el silencio
por partes iguales.
Creo en la lluvia
cuando no lastima
a los desamparados.
Sexto
-
1
El pasado es tu sombra,
el presente es tu cuerpo
y el futuro es ese viento
que otra vez muere solo
entre los edificios. -
2
No esperés que se entienda
cada palabra.
No esperés que se encienda
cuando mirás en la oscuridad.
Mejor abrí un espacio
y sacá la mano
y da la primera
señal. -
3
La noche abre y cierra,
por fin,
cuando más te hace falta.
Y te da la fuerza
y los que miran tu rostro
tal vez no sepan que ya no sos
el mismo.
Sólo te queda tomar aliento,
juntar las últimas ideas
y seguir.
Séptimo
-
1
No vas a poder recuperar,
por ejemplo,
tus primeros años.
Unos recuerdos inconexos
no forman un pasado.
Te tiran una soga las imágenes
para no quedarte tan aislado
en el presente. -
2
Como un mendigo entre las bolsas,
recogés parte
de tu parte. -
3
Después de unos años nos hemos dispersado.
Pese a las diferencias
se nos puede encontrar defendiendo
puras agonías sólo por dinero.
Nos preguntamos cada tanto
qué hacemos aquí.
Y como aprendimos a sobrevivir
encerrados en la ciudad,
ensayamos respuestas que no sirven de mucho
que no sirven. -
Final
Busco trabajo.
Sé leer y escribir.
También me defiendo con algunas herramientas.
Tengo deudas y tengo sueños
de todas las edades.
Por eso debo decir que mis pretensiones no son pocas,
aunque tampoco exageradas.
Llegado el caso,
podría limpiar letrinas,
cuidar enfermos,
pintar paredes.
Tengo además buenas ideas para mejorar la vida
en la ciudad.
Nunca trabajé de mozo ni trabajé la tierra,
pero mi pulso es bueno y no detesto a los insectos.
No les temo al frío ni al calor
y siempre quise navegar por los mares
y volar en lo que fuera como fuera.
No me asustan demasiado el viento ni la altura.
Soy capaz de hacer lo que sea
para escapar del hambre
y de la soledad.
(Fin de “Ciclos Vitales”)